PSICOTERAPEUTAS ONLINE

Te ayudamos a solucionar tus problemas. Servicio de psicología online y telefónico.


PSICOLOGÍA

Ayuda psicológica. Trastornos mentales, patologías, estudios de la conducta humana. Estrés, ansiedad, depresión, fobias...

29 octubre 2006

Miedo a salir de casa

"Salí a la calle, como cada día, para ir a la compra. Entré en el supermercado, llené el carro con lo que me interesaba y fui a pagar. En la caja había cola y comencé a experimentar como un ahogo, un nudo en el pecho y sudores fríos. Sudando, pagué y me marché a buscar a los niños al colegio. Por la calle sentía taquicardia y mareo con sólo pensar que podía caer al suelo fulminada en cualquier momento. Pensaba que me cogía un ataque al corazón o algo así. Fue terrible. Conseguí llegar a la escuela. Esperando a mis niños, me fui tranquilizando y se me pasó el malestar. Al llegar a casa, pensé en lo que me había pasado y quedé preocupada. A lo largo de los meses siguientes se fueron repitiendo estos episodios de malestar extremo una y otra vez: en el mercado, por la calle, al ir de compras, en el autobús e incluso en casa. De todas formas, la mayoría de las veces me encontraba mal fuera de casa o cuando cogía algún transporte. Fui cogiendo miedo a salir sola de casa. Si iba con mi marido o con alguno de mis hijos, aún podía soportarlo. Pero sola me fue cada vez más difícil salir, hasta que decidí no hacerlo ya que cada vez lo pasaba peor. Tenía miedo a pasarlo tan mal. Creía tener algún problema en el corazón".
Esta señora presenta una crisis de pánico. Según el psicólogo norteamericano David Barlow, el 35,9% de la población padece una o dos crisis de pánico anualmente parecidas a ésta. Si el miedo se gereraliza a diversas situaciones y lugares, estas crisis derivan en una agorafobia.
Muchas personas, en algunos momentos de sus vidas, presentan este trastorno nervioso que les crea problemas o incluso las incapacita para salir de casa si no van acompañadas. Aun así, experimentan miedos, angustia en forma de taquicardias, sudoración y sensación de desmayarse o perder el control, e incluso sensación de muerte inminente. Ante esta situación, las personas que la padecen van limitando sus salidas por el miedo a tener miedo. Cuando visitan diferentes especialistas médicos se descarta totalmente algún problema físico. Y es que estas personas sanas físicamente, están padeciendo agorafobia, un trastorno psicológico que hace que el mero hecho de salir a la calle sea una montaña, ya que experimentan terror, angustia y un malestar total, tanto físico como psicológico.
Si no buscan una solución irán arrastrando esta sintomatología a lo largo de su vida, afianzando una personalidad fóbica que impedirá una vida normal y una buena calidad de vida. Así, un trastorno puntual en sus vidas puede transformarse en una ansiedad y un malestar crónico de larga duración si no acuden a un especialista.
Afortunadamente la psicología actual conoce y trata esta sintomatología de forma efectiva. La solución es enfrentarse al miedo mediante una práctica programada, es decir, aplicando sesiones de afrontamiento y analizando y estructurando las interpretaciones catastrofistas de las reacciones fisiológicas. Así, conseguiremos ir controlando el trastorno. Al final del tratamiento, el cliente habrá concluido una larga pesadilla y los objetivos de vivir sin angustia y aumentar nuestra calidad de vida se habrán cumplido.
De todas formas, y a pesar de que la información sobre las crisis de pánico y la agorafobia es cada vez mayor, aún hay gente que las padece que desconoce qué es lo que le pasa, colapsando servicios de urgencia o consultas de medicina general. Como psicólogo especializado en estos trastornos, creo que es importante la divulgación de estos síntomas, y el informar que los mismos tienen solución si se acude a un terapeuta que los trate adecuadamente.

01 octubre 2006

La agorafobia puede enfrentarse

El tema volvió a formar parte de la agenda mediática hace unas semanas, luego del último gran caso de fobia al mundo exterior (llamado también agorafobia) descubierto en Italia: una mujer de 56 años -que fue dada a conocer como Carmela- pasó 26 años encerrada en su casa, por miedo a contagiarse de bacterias y gérmenes. Luego, fue encontrada en un aspecto deplorable: pesaba sólo 30 kilos y tenía una melena larguísima.
En Japón, por ejemplo, las fobias sociales son tan usuales que devinieron en prácticas sociales casi institucionalizadas: el hikikomori ("aislamiento" o "inhibición" en lengua nipona) es usual entre jóvenes que se niegan a salir de sus habitaciones y amenazan con suicidarse si se les quiere brindar ayuda. La agorafobia se traduce principalmente como el miedo a ser avergonzado en público, a estar sólo en grandes lugares o frente a multitudes y en casos extremos, y quien la padece puede llegar a no querer salir de su casa bajo ningún concepto. Pero, ¿cómo y por qué se desencadenan estas fobias que aíslan a las personas de sus roles sociales?
"La agorafobia es el miedo a los espacios abiertos y, como todas las fobias, está vinculada con trastornos de ansiedad. En muchos casos, hay factores genéticos que la determinan, pero también las hay adquiridas: muchas están ligadas al nacimiento y a las experiencias de los primeros años de vida", explica Eduardo Benítez, médico psiquiatra del Hospital Borda. Para el psiquiatra y psicoanalista Víctor Filippi, "las fobias sociales pueden objetivizarse en animales o en insectos (tal el caso de Carmela) porque la tensión se fijó en ellos al momento de recibir un trauma emocional muy grande. Ese bichito o animal que está presente en el momento del trauma aparece luego como un símbolo de él. Lo que está ocurriendo en realidad es un desplazamiento del problema". Sigue: "Los animales y los insectos tienen la capacidad de hacer las cosas sin que se las pidamos. Actúan sin decir 'por favor' y nos dejan en una posición totalmente pasiva. No respetan ningún pedido. Esa cualidad puede trasladarse a una actitud humana traumática. Por ejemplo: una mamá que critica sin que uno se lo pida".
¿Qué tienen con común los hikikomoris con casos como el de Carmela? Si bien las historias son diferentes y las fobias se objetivizan de manera distinta, el causante de la enfermedad en la mayoría de los casos es similar. "Por lo general, los pacientes con este tipo de fobias ven el mundo exterior como un mundo en el que se les va a pedir cosas a las que ellos no pueden responder. Temen ser agredidos a cada rato por el mundo externo y no poder responder a las órdenes que este mundo genera", aclara Filippi. "Las fobias sociales no se pueden nuclear, porque cada paciente es diferente y no todas son iguales, pero sí pueden compararse: radica en todas ellas un miedo atroz a ser objeto de un dominio o una voluntad exterior muy fuerte".
¿Pueden curarse fobias como ésta? Benítez afirma que los tratamientos son muy efectivos: "Con una intervención de un médico psiquiatra y buen apoyo psicoterapéutico, los tratamientos hasta pueden ser muy cortos. Lo importante, como en todos los casos, será erradicar el trauma de base".
Anuncio